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El irlandés Neil Jordan (Juego de lágrimas, Entrevista con el vampìro, Michael Collins) dirige Chloe Grace Moretz (Déjame entrar, Suspiria), Isabelle Huppert (La pianista) y Maika Monroe (It follows, The guest) en este filme de intriga.
Una joven ingenua que vive en Nueva York con una amiga encuentra un bolso en el metro y decide buscar a su propietaria para devolvérselo. Se trata de una mujer madura cuya hija estudia en París y se siente sola. Ambas entablan amistad pero muy pronto, la chica descubre que esconde algo y decide alejarse de ella.
Es una película de intriga muy en la línea de los 80 como Mujer blanca soltera busca… u otras similares.
Resulta comprensible que ambas se complementen, ya que la chica es huérfana de madre mientras que la otra echa de menos a su hija.
En contraste, su amiga lleva ya tiempo en la ciudad de rascacielos y desconfía de todo el mundo mientras no se demuestre lo contrario.
La chica se siente acosada ya que no sabe como librarse de ella y está aterrorizada transmitiendo su inquietud al espectador.
Pese a tener algunas escenas meritorias en las que sabe jugar con las intuiciones del público acaba resultando demasiado tópica y no se diferencia mucho de los típicos telefilmes con temas similares.
Se hubiera agradecido algo más de valentía en el guion, que se hubiera atrevido a entrar en el trasfondo sexual de sus tres protagonistas y algo más de locura en vez de tanta contención.
Destaca por la sobriedad y buen trabajo de sus tres actrices que saben sortear con habilidad la frontera de la sobreactuación, y eso que la historia daba para que se pasaran.
Atención a la presencia de Stephen Rea, el actor fetiche del director, que parece querer emular a uno de los personajes de la hitchcockiana Psicosis.
En el filme tiene una gran importancia el clásico de Liszt, Sueño de amor.