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Comedia coral dirigida por Agnes Jaoui (50 primaveras) y coescrita y coprotagonizada por Jean Pierre Bacri con quien ya colaboró en Como en las mejores familias y Para todos los gustos. También intervienen Léa Drucker (Custodia compartida) o Sara Suco (que interpretaba a su hija en 50 primaveras).
Una productora televisiva celebra una fiesta para inaugurar su nueva casa en el campo. A la misma acuden su hermana, siempre pendiente de organizar actos solidarios, y su excuñado, un famoso presentador en crisis. La celebración estará repleta de invitados cada uno con sus peculiaridades.
Jaoui y Bacri vuelven a su género favorito, la comedia dramática coral con un montón de personajes, a cual más excéntrico.
Entre otros encontraremos a una camarera más pendiente de hacerse selfies que de servir a los invitados, una pretenciosa estrella famosa gracias a Internet y su troupe de seguidores, un chófer buenazo, la hija de la pareja protagonista que ha escrito un libro inspirado en sus padres y mostrando sus miserias o unos campesinos indignados porque los parisinos no les dejan descansar con sus celebraciones y se creen superiores a ellos.
Tiene también un gran protagonismo una banda musical que interpreta todo tipo de temas, pero predominan los latinos o flamencos. Y es que, como nos confesó el año pasado, le encanta este tipo de música e incluso interpreta un tema de la banda sonora en castellano, No sé si fue de ti.
Sorprende ver a Bacri con un pelazo postizo, ya que es un actor conocido por su calvicie. Es como ver a Tosar con peluquín, algo que sucede en la próxima Yucatán.
Teniendo en cuenta que los dos personajes protagonistas están separados e interpretados por Jaoui y Bacri, también divorciados, hay momentos en los que no sabes si realmente están hablando de ellos mismos. También destaca el contraste entre ellos: ella es demasiado “buenista” mientras que él, resulta demasiado cínico y egoísta.
Ironiza sobre los intelectuales y el vacío real que pueden esconder.
Es una divertida comedia algo cruel que va de menos a más.
Por cierto incluye una escena con una canción en versión karaoke, la más desafinada que hayáis podido escuchar.