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El italiano Stefano Sollima (director de la serie Gomorra) firma este filme de intriga protagonizado por Pierfrancesco Favino, Claudio Amendola, Giulia Gorietti y Alessandro Borghi.
En el año 2011, un político italiano se ve involucrado en un asunto turbio tras pasar una noche con dos prostitutas. Para esconderlo recurre a la ayuda de un tipo violento que debe amenazar a un testigo, pero todo se complica.
Es una película coral que retrata con un estilo directo y seco la otra Roma. Denuncia la corrupción política en plena crisis económica, sus conexiones con delincuentes y sus oscuros negocios inmobiliarios. Todo ello en un ambiente repleto de sexo, drogas y mucho dinero.
Cuesta un poco de entrar, ya que tiene muchos personajes, pero en cuanto empiezas a meterte en la historia es imposible salir.
Es casi una tragedia griega que respira realidad por todos sus poros, es violenta, claro, y la clase política queda muy mal parada entre sobornos, chantajes, puertas giratorias y leyes a medida. También lanza alguna puya a los negocios del Vaticano.
Es un catálogo de engaños, traiciones y muertes con escenas brillantes como la del tiroteo en el centro comercial y personajes fascinantes como el samurái, un tipo misterioso que mueve los hilos y especialista en solucionar problemas, el señor Lobo de la política.
Atención a la similitud de uno de los personajes, Número 8, con el Malamadre de Celda 211.
La frase: “Nosotros podemos comprar a cualquiera”.
No dice estar basada en hechos reales porque nos escandalizaríamos (aunque quizás sea así).
La pregunta: ¿Es muy diferente lo que ocurre en nuestro país?
Por cierto, el título traducido se refiere a los barrios bajos, los suburbios.
La banda sonora también es original, se trata de temas del grupo de música electrónica M83, autores de la partitura de Oblivion.