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David Cronenberg (Una historia de violencia, Inseparables) dirige esta ácida crónica de Hollywood protagonizada por Julianne Moore, Mia Wasikowska (Alicia), Robert Pattinson (Crepúsculo), John Cusack, Olivia Williams y Evan Bird (The killing).
Cuenta las vidas cruzadas de varios personajes en Los Ángeles: una actriz obsesionada con interpretar un personaje, un conductor de limusinas, un actor infantil, un masajista terapeuta y su esposa. La llegada de una chica de Florida alterará sus comportamientos.
Es un drama turbio y despiadado que da mal rollo, está más cercano a Crash que a Promesas del Este.
Es una visión cruel, sin escrúpulos, tremendamente dura (tanto en sus diálogos como en sus escenas) de la meca del cine. Vendría a ser la cara opuesta al glamur de los Oscar. Un mundo repleto de falsedad, envidias, secretos inconfesables.
A su lado, retratos del mundo del cine por dentro como Cautivos del mal casi resultan blandos.
La actriz de moda, Julianne Moore, obtuvo por esta interpretación el premio a la mejor actriz en Cannes y Sitges.
Muestra el desprecio y el escaso respeto que sienten las estrellas juveniles (caprichosas y despóticas) hacia los veteranos.
Atención a la presencia fugaz de Carrie Fisher (la princesa Leia) haciendo de sí misma.
Tiene unos cuantos desnudos, la novedad consiste en que hay algunos masculino, y frontal.
No es para todos los públicos, ya que resulta muy incómoda.
Lo mejor son las interpretaciones y que nunca imaginas lo que va a pasar a continuación.
Lo peor, la escena final de la piscina donde hay un efecto especial muy mal resuelto.